Anteriormente... bueno el mes pasado... Aniversary...
Casi me coge el próximo aniversario y no les había contado como nos fue en el bar-restaurant que escogimos.
El esperado día salimos del trabajo y caminamos rumbo a una dulcería para hacer tiempo (sí, como no...) ya que era temprano para comer.
Yo feliz como una perdiz...
Caminamos...
y caminamos...
No quisimos nada de la dulcería pues no había cheesecake y decidimos ir ya para el Toros y Tapas, no a comer, sino a empinar el codo en la barra y probar las tapas.
Oh si... las tapas mmmm.
Primera vez que íbamos a un bar de tapas, con la cualidad de que las tapas son gratis, vienen con el trago que pidas.
Entramos en el Toros y Tapas, estaba vacío salvo por un hombre en la barra viendo un partido de futbol. El lugar molaba mucho por fuera y por dentro. Está ambientado al estilo español, muy bonito y con cuadros y carteles de corridas de toros, anuncios de toreros, etc. También tenia unas baderillas del Madrid y del Barça y otras cosillas.
Nos sentamos en la barra y empezamos a estudiar la carta.
Caracola: Una Caipiriña para mí, un Cuba Libre para Caracolo.
De tapas vinieron unas papas con alioli y unas alitas de pollo. Para mayor satisfacción, después del partido pusieron videos musicales, todos Made in Spain. Nos dieron con la vena del gusto con Estopa, Sabina y hasta Azúcar Moreno...
Y al ritmo de "Sólo se vive una vez", pedimos: dos Mary Pickford que vinieron con una tostada con crema de marisco y un pincho de tortilla.
La conversación entre Caracolo y yo, los arrumacos y jijijís a tono.
El barman al ver que disfrutaba de la música gira el Tv hacia mí, y yo le pido otra de Estopa. Un rato más tarde pedimos la 3ra vuelta de tragos con tapas. Ya que cada vez las tapas estaban mejores, yummy yummy. Pensamos que era como un juego y que estábamos haciendo Level Up.
Caracola:Un Daiquirí para mí y un Guisky para mi Caracolo.
Acompañados con un pisto con que-se-yó-de-vegetales y otro que-se-yó que parecía una minilasagna con mantequilla. Todo happy, hasta que...
Caracolo va al baño y en el Tv empiezan a poner videos de corridas de toros. Puede que el alcohol haya ayudado pero... al ver al toro acorralado ya al final de la corrida rodeado de toreros, todo pinchado, pobrecito, se rindió y dobló las cuatro tapas. Me dió mucha tristeza y sé que es cultura de los españoles, pero no me gustó. Creo que es una de las pocas cosas que no me gusta de España. Y mira que a mi me gusta.
Caracolo volvió y yo me estaba secando con la servilleta. Le dije ya no quiero ver más sufrir al toro. Vamos a comer. Y con la comida me animé muchísimo.
Pedimos:
Garbanzo frito. Super rico.
Pechuga de pollo con salsa de queso azul. Azú tiene que seh azú!
Y patatas bravas. LO MEJOR DE LO MEJOR.
Nos fuimos felices con la barriga llena y el corazón contento. Al regreso a casa tuvimos tanta suerte, que el transporte público estaba sincronizado con nosotros y nos recogió en los dos puntos por los que teníamos que coger taxi, y asi ahorramos un dinerillo.
Y chirrín chirrán al fin terminé de contar el aniversario. Hasta el próximo post caracolas.