Hola Caracolas, estoy muy feliz, aquí y ahora, como se deben de apreciar los momentos felices: en el momento.
Ahora estoy sentada en un ómnibus nacional camino a Cienfuegos, una hermosa ciudad según me han contado.
Estoy junto a Caracolo y al otro lado del pasillo nuestro amigo Charlie, que amablemente nos va a hospedar con su novia.
Hablando de palabras con fuego, me acabo de descargar Fuego y El último Renglón, nuevas producciones de Estopa y ya las estoy reproduciendo en loop mientras les escribo por el móvil.
He pasado de estar sudando la gota gorda en la terminal a sentir frío del aire acondicionado pero es preferible por mucho.
Ambas canciones están hermosas, Estopa sigue siendo mi grupo favorito. 😍 (Aquí pongo emoji con ojos de corazón, nunca lo había intentado en Blogger).
Son aproximadamente 5 horas de viaje y me queda 35% de batería. Lo bueno es que cuando termine de escribir este post lo pongo en modo ahorro y voy durmiendo, que vaya semanita llevo.
La boda me tiene pendiente de muchas cosas, lo cual sucede cuando no puedes pagar un paquete que incluye todo (muy caro) y tienes varios servicios por separado.
Ya falta poco, me hace mucha ilusión y contribuye a mi felicidad actual. Este viaje a Cienfuegos está planificado para tomarnos las fotos de boda, no importa que sea antes, de paso conocemos una ciudad nueva juntos.
Cuando tenga más tiempo haré un post sobre la epopeya de planificar una boda.
...Me meto en tu trinchera y grito fuego!
Perdón, es parte de la letra de Fuego.
Estoy volviendo a ser yo poco a poco, ahora con una dosis mayor de locura, por la boda y por otras cosas. Se avecinan buenos tiempos se avecinan cambios, y yo digo:
qué vengan!
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